Este texto no va de nada

En la esquina de mi casa, bueno... En las esquinas de la sala, dos cuadros las adornaban; en uno una señora reía, en el otro nada iba bien.

Una versión más joven de su servidor, por las noches se asomaba desde las escaleras; puedo jurar que estaban vivos.

No se jura ni por Dios, pero escrito está.

Me aterrorizaba no comprender la sonrisa, se adornaba de tantas emociones que nada se revelaba; infinitas preguntas nacieron de observarla.

En el otro cuadro, nada iba bien y un señor se revelaba; en la escena, los campos daban girasoles y tres mujeres posaban con canastas llenas.

No entendí si se las llevaban para darlos a los demás o si se los quedaban; probablemente los vendían. Sus vestidos eran divinos, conjuntos tradicional en las mejores condiciones; recuerdo que eran de un blanco que por las noches parecía fantasmal, con una cinta roja que les daba figura.

Algo particular, eran sus ojos sin alma. O a lo mejor llevaban demasiadas.

Charquito no bajaba por las noches, el miedo lo paralizaba; de haber enfrentado sus miedos, se hubiera desvelado a diario cenando en la televisión.

Parece que corto este texto en medio de la nada, no. Llevaba escribiendo al menos dos cuartilla más... accidentalmente borré el proceso.

Antes de dejar que la frustración cierre esto, les cuento que estoy escribiendo mirando el muro de los espectros.

La cosa es que ya no veo los espíritus, se fueron cuando cambiaron los cuadros; en su lugar, dos cuadros firmados por la jefa del lugar, suplen el pasado.

Me duele haber perdido la descripción anterior.

Adornaba la fuerza de casa y narraba una competencia desde el fondo del mar hasta el cielo; además, describí el saludo en puntas de una delicada bailarina; a su alrededor todas las hojas bailaban.

Esto solo es una probadita de una memoria perdida, un intento fallido de regresar al pasado o enmendar un error. Error x3

En medio de los cuadros, una ventana sigue sin ser abierta, dice ser testigo de todo su alrededor; no se atreve a hablar de los espíritus, pero sí de las vidas que ha visto desarrollarse. Más de mil según ella.

Ojalá se abra pronto, se sabe que a sus habitantes les gustan los colibríes curiosos; varios retratos hechos por sus antepasados, han creado sus mitos y relajos.

Los niños juegan y se pelean en su interior, una muchacha se ríe del espectáculo.

¡Qué muchacha!

Te dedico mi luna de hoy

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